Como no todo puede tratarse de cifras, estrategias y recomendaciones legales, en esta oportunidad les contaré el caso de un participante que perdió un proceso de contratación por doscientos mil pesos ($200.000) COP.

Este participante, al cual llamaremos ABC, se presentó en un proceso de selección abreviada mediante subasta inversa o “bajasta” como le decimos en el medio, cuyo presupuesto estaba cercano a los mil millones de pesos colombianos.

El proceso de contratación fue uno de esos escasos y casi milagrosos en que de los cinco participantes, solo ABC quedó habilitado; en una subasta y en cualquier proceso de contratación eso representa un 99,99% de posibilidad de que te adjudiquen el contrato, pero desafortunadamente, no es el 100%, y precisamente, ese 0,01% ocurrió en este proceso y le impidió ganárselo.

Al momento de revisar el sobre económico, el comité evaluador se dio cuenta que ABC omitió una de las reglas del pliego de condiciones, “reflejar como mínimo un margen del dos por ciento (2%) de descuento” sobre el valor del presupuesto. El participante ABC si hizo un descuento en su propuesta económica pero no del 2%, le faltó reducir en $200.000 COP más su propuesta para ser declarado “adjudicatario” de un contrato de casi mil millones de pesos.

Lastimosamente la entidad tuvo que rechazar a ABC por la causal “Cuando al momento de la apertura del sobre No. 2 (oferta económica inicial), el proponente no haya ofertado el porcentaje de descuento mínimo requerido en el precio de su ofrecimiento con relación al valor estimado por la entidad (…)” y con ello, iniciar el trámite desde cero para publicar nuevamente el proceso de contratación, retrasándose posiblemente dos meses en la ejecución que tenían proyectada.

Casos como estos suceden con más frecuencia de la que todos creemos, aspectos que parecen mínimos marcan la diferencia, y pueden hacer que seamos los ganadores de una licitación, o, que la perdamos por doscientos mil pesos.